jueves, 7 de junio de 2012

GOZOS EN ALABANZA DEL GLORIOSO SAN LEONARDO ABAD, que se venera en el Real Convento de Religiosas de la Puridad de Valencia.

El Convento de las Clarisas de Valencia, también conocido como Convento de Santa Isabel o de la Puridad, llegó a ser en sus sucesivas ampliaciones uno de las más grandes de la capital del Reino de Valencia, sito en la manzana de las actuales calles de la Conquista, Bolsería, Rey Don Jaime y Monjas. Su construcción se supone inmediatamente posterior a la conquista de Valencia por Jaime I, hacia el 1239, fecha de los primeros datos sobre la comunidad al hacer entrega D. Jaime I al caballero D. Ximen Pérez de Arenós de una ermita extramuros dedicada a San José que estaba junto al Palacio del rey moro con el encargo de ampliarla y convertirla en convento para las religiosas de la Regla de Santa Clara, bajo el patronazgo de Santa Isabel, Reina de Hungría, y tia del conquistador. En el año 1534 el Papa Clemente VII concedió al convento la exclusividad en titularse de la Purísima Concepción pues estaban en pugna con las carmelitas de la Encarnación por este motivo. Desde entonces se le conoció como de la Puridad.
La devoción a este abad se produjo por un acontecimiento curioso ya que un 8 de Agosto de 1549 se apareció a una vicario de Bétera un personaje en forma de ermitaño que que le dijo que le sonreiría la fortuna si conseguía que cincuenta monjas con los brazos en cruz rezaban cincuenta Padrenuestros y cien Avemarías en memoria del sufrimiento de Jesús atado a la columna. Esto se produjo en este convento y la fama de este hecho recorrió la ciudad con lo que se consiguió una reliquia del brazo del santo en el año 1608 por la mediación del entonces Marqués de los Valles de Guadalest. Este se puso en la sacristía en un relicario de plata sobredorado que fue profanado en el año 1936.
San Leonardo abad, llamado también "el solitario", de orígen francés nació en la diócesis de Le Mans durante el pontificado de San Inocencio, que murió en el 559, y se retiró como ermitaño a Vandoeuvre, actual St-Leonard-du-Bois. Se le unieron numerosos discípulos y obtuvo el amparo del rey Clotario que hizo numerosas donaciones a su monasterio. San Domnolo, que fue el sucesor de San Inocencio, se sirvió de él encargándole varias cuestiones complicadas. Fue discípulo de San Remigio en Limoges y liberaba cautivos. Sus reliquias fueron quemadas por los protestantes en el año 1562.