sábado, 9 de junio de 2012

GOJOS A SANT VICENT FERRER, venerat a la seua ermita de Agullent.




En Agullent la devoción desde el S.XV a San Vicente Ferrer marca la historia esta población. La erección de la ermita situada en el monte donde se dice que el santo realizaba sus oraciones y la colocación de su imagen en la plaza de la universidad donde supuestamente predicó se situarían en torno al 1500. Del año 1600 sería la imagen, de pintura y el retablo primitivo que se veneraba en esta ermita. Pero un fatal acontecimiento sucedió el 27 de Enero de 1744 cuando, a consecuencia de un terremoto en la zona, la ermita se derrumbó. Sería entonces cuando se empezó a construir la nueva ermita de San Vicente, probablemente utilizando algunos de los materiales conservados de la antigua.
Con relación a San Vicente, es importante mencionar el milagro que tuvo lugar en la ermita que lo devocionaba durante el transcurso de la peste. Debido a esta gran devoción, después del terremoto, se rehizo la ermita y por eso la conocemos hoy en día. Su planta es rectangular, no posee capillas ni ábside, está cubierta por un tejado a dos aguas, la fachada está encalada y, sobre la puerta de acceso, encontramos un panel de azulejos cerámicos donde se representa la imagen del santo. Sobre la imagen, un farolillo de hierro forjado la ilumina. El interior de la ermita muestra una representación del milagro de la peste. Próxima a la ermita, se construyó una especie de altarcillo realizado con ladrillo de caravista que guarda, tras un enrejado, un panel cerámico. Aunque existe la nueva ermita de San Vicente Ferrer, construida después de esta y a la que sustituyó en la mayoría de sus funciones, la “velleta” sigue siendo un referente devocional para la imagen de San Vicente en Agullent.