Los Siete Dolores de María Santísima en Casas Altas constituye una singular devoción religiosa católica de práctica tradicional que evoca y conmemora los siete episodios más tristes y atormentados en la vida de la Virgen María. Los pilones o casilicios que los representan se hallan en un paraje ubicado en la ladera oriental del cementerio municipal frente al pueblo, por donde discurre el camino que conduce al rellano del Calvario. Fueron construidos al comienzo de los años setenta del pasado siglo XX al mismo tiempo que las estaciones del Via Crucis. Se trata de siete construcciones de ladrillo en forma de columna cuadrangular con una cornisa sobre la que se dispone propiamente la hornacina con los azulejos cubierta por un tejadillo piramidal y rematado con un vástago en forma de cruz. Componen el cuadro seis baldosas cerámicas: las cuatro primeras representan a la Virgen María levemente arrodillada, vestida con túnica y cubierta con velo azul con una sucesión de espadas clavadas en el pecho, una por cada dolor. A la derecha de la Virgen se representa el motivo pictórico alusivo. Las dos últimas baldosas contienen un texto específico para cada estación y ribeteado por una cenefa. El estilo de los dibujos es barroco.