El antiguo ermitorio de la Fonteta de San Luis de Valencia fue edificado en recuerdo de un día de 1579 en el que San Luis Bertrán, padeciendo una constante sed, se dirigió a una fuente para probar sus aguas y bendecirlas, momento milagroso a partir del cual nunca faltó el agua y devolviendo en bastantes ocasiones la salud a los que de ella bebían. Esta ermita fue levantada en el S.XVII ó XVIII y dependía de la parroquia de San Valero de Ruzafa. El hermoso campanario que hoy podemos ver en la iglesia que sobre aquella ermita se construyó fue construido por el franciscano Company, maestro de obras, siguiendo las típicas líneas de las torres valencianas del siglo XVII. Fue en 1902 cuando el caserío que se había ido formando alrededor de dicha ermita se elevó a la categoría de parroquia, con lo que el templo se amplió para tomar su forma actual. Este es de estilo barroco con una portada adintelada en cuya parte superior se abre una hornacina con una imagen de San Luis Bertrán. En el interior se abren doce capillas. Hay que decir que en la fachada de la casa natalicia del santo, en la plaza de su mismo nombre que tiene una fuente, hay un magnífico retablo de azulejos representando al Cristo del Salvador o de la Penitencia y tiene una estatua en el Puente de la Trinidad.