El antiguo Convento de Santo Domingo de Valencia, llamado de Predicadores, fue impulsado por el propio rey Jaime I en Abril del año 1239 y es uno de los monumentos más importantes de la ciudad. De su importancia cabe destacar que en este convento vivieron y fueron priores San Vicente Ferrer y San Luís Bertrán y que en su sala capitular se realizaron diversas Cortes del Reino y que fue desde antiguo lugar de enterramiento de personajes célebres de la ciudad. En el entorno de su Capilla de los Reyes podíamos encontrar un altar dedicado a Santo Tomás de Villanueva y en el pedestal de su retablo hubo una pequeña pintura que no medía más de un palmo que tuvo gran devoción en el S.XVIII por las mujeres de Valencia y representaba a San Gonzalo de Amarante.
San Gonzalo era natural de Portugal y desde niño empezó a dar muestras de su futura santidad ya que hacía muchas cosas que de todos eran juzgadas por milagrosas. Fue a Roma y visitó los sagrados cuerpos de los apóstoles San Pedro y San Pablo, y después pasó a Jerusalén a visitar el Santo Sepulcro. Se dice que se le apareció la Virgen y le dijo que tomase el hábito dominico. Así lo hizo y obtuvo licencia de su prior para volver a la ermita que tenía en un lugar llamado Amarante para vivir solitario y hacer una vida muy penitente. Falleció en el año 1260.