martes, 15 de noviembre de 2011

GOZOS AL GLORIOSO SAN GREGORIO PAPA, venerado en el Convento de San Gregorio de Valencia.

En el año 1345, en la manzana que ocupa actualmente el teatro Olympia de Valencia, una dama devota de la Orden Tercera de San Francisco llamada Na Soriana fundaba una casa para recogimiento de prostitutas viejas o enfermas. Muchas de ellas eran procedentes de la famosa mancebía o burdel de Valencia que acababan mendigando o muriendo por las calles, tipo éste de establecimientos que llegaron a proliferar en la ciudad, siendo su primitiva advocación la de Santa María Egipciaca. Esta casa fue llamada de las arrepentidas o repenedides y de ella algunas mujeres salían para casarse. Ya en el S.XVI, los monjes de la Orden del Carmen Descalzo y especialmente Francisco del Niño Jesús, ante el abandono de dicha casa y la falta de fondos para su sustento, fundaron lindante a esta casa un convento de monjas carmelitas al que pasasen las que, arrepentidas, quisieran abrazar una vida en comunidad y clausura. Se cuenta que Cristo prometió al hermano Francisco que, si fundaba esta casa, no le castigaría con la peste. La Iglesia se levantaba en parte gracias a la ayuda recibida del Patriarca San Juan de Ribera, bendiciéndose el día de San Gregorio Magno. La advocación de este convento parece ser que se debió a la suerte sorteándose y tocándole a San Gregorio. El Convento de San Gregorio y su anexa Casa de las Arrepentidas fueron saqueados en el año 1869 quedando en muy mal estado, hasta que fue desafectado por las monjas agustinas en el año 1888 y fueron trasladadas al Convento de Santa Ursula. Posteriormente fue convertido en cárcel de mujeres hasta su definitivo derribo en el año 1913.
San Gregorio Magno es el cuarto y último de los originales Doctores de la Iglesia Latina. Defendió la supremacía del Papa y trabajó por la reforma del clero y la vida monástica siendo escogido unánimemente Papa por los sacerdotes y el pueblo, el día 3 de Septiembre del año 590. Ejerció su cargo como verdadero pastor en su modo de gobernar, en su ayuda a los pobres y en la propagación y consolidación de la fe. Su extraordinario trabajo le valió el nombre de "El Grande" en su celo de extender la fe por todo el mundo. Adjuntamos un grabado.