Se cuenta que una religiosa pintó en Viena una tabla representando a la Virgen de los Portentos cuyas características eran propias de un modelo italiano gótico. Pudo entonces, por lo que relata este gozo, pasar a tierras de Palestina donde fue públicamente venerada. Tiempo después, fue embarcada rumbo a Valencia, aconteciendo una súbita enfermedad de su capitán que hizo el voto de colocar dicha pintura en un templo de la ciudad si recobraba la salud. Esto así sucedió y su destino en el año 1600 fue una hornacina de la Iglesia de Santa Ursula de Valencia. La imagen, que tuvo una concordia en la Calle de Quart, fue destruida en los acontecimientos de 1936.
El Conjunto de Santa Ursula de Valencia es un pequeño complejo de edificaciones formado por la iglesia y convento de religiosas Agustinas Descalzas y que fue fundado en el año 1605 bajo la advocación de Santa Úrsula. Hoy, por extinción de las monjas de este convento, es ocupado por uno de los edificios principales de la Universidad Católica. Destaca en su portada la escultura de Santa Ursula en una hornacina y durante la guerra civil aquí se instaló una de las checas o centros de tortura de más triste recuerdo de aquellos días.