En la girola de la Catedral de Valencia se venera una preciosa escultura alabastrina dorada y policromada que realizó Juan Castellnou en 1458 para el portal del coro, de donde le viene su denominación, aunque también se la ha llamado la “Virgen de la Cadira” o “de la Silla” por el trono que se le añadió en el S.XVIII. Este es el autor de la valiosa custodia de oro de la catedral de 1442 que desapareció en el año 1812 al ser fundida en Mallorca, junto con otros tesoros del templo metropolitano, para sufragar gastos con motivo de la Guerra de la Independencia. En esta misma fecha, la imagen se colocó en la puerta de entrada al coro de la Catedral teniendo a ambos lados a dos ángeles en adoración, donde permaneció hasta el año 1939, fecha en la que el coro es desmontado y trasladado al ábside ocupando la imagen su emplazamiento actual.
Se trata de una Virgen sedente con el Niño en sus brazos que sostiene una vara de azucenas en su y que lleva a sus pies la media luna. Éste, bendice con la mano derecha, mientras que la izquierda está en ademán de sostener algún atributo hoy perdido, quizás el orbe. El simbolismo del ramo florido de azucenas que recuerda además el privilegio de su Concepción Purísima. Debió existir una imagen en algún cobertizo de la vecina Calle de Bordadores y, como nota curiosa, decir que era invocada por las parturientas como Virgen de la Esperanza ya que rezaban ante ella y luego daban nueve vueltas a la Catedral en recuerdo de los nueve meses del embarazo de la Virgen.
