martes, 20 de septiembre de 2011

GOZOS A SANTA INÉS, mártir venerada en su ermita del pueblo de Andilla.



La ermita de Santa Inés de Andilla se halla junto a las ruinas de un castillo musulmán. El interior se encuentra completamente expoliado y las paredes del porche y de los casalicios del Vía Crucis que se alinean junto al camino de acceso están cubiertos de pintadas y dañados. Esta es una ermita singular por ser un curioso templo circular, poco habitual en nuestras tierras, cuyo origen se remonta al siglo XVI. Levantada a base de gruesos muros de mampostería que le dan un cierto aspecto de fortificación, remata en un voladizo con pronunciada cornisa que sustenta la gran cúpula de tejas azules, su elemento más destacado. La puerta de acceso, abocinada, se abre sobre una porción recta de fachada la cual se ha prolongado en época moderna con un desafortunado porche con techado de barraca a dos aguas, blanqueado y con amplia puerta rectangular, que desentona con el conjunto de forma casi ridícula. El interior, muy luminoso, es circular, decorado al gusto neoclásico y, como ya se ha dicho, abandonado y despojado de todo objeto de culto. En el retablo de obra del testero se abre un nicho vacío flanqueado por cuatro columnas. La imagen de Santa Inés se veneraba en un altar lateral de estilo barroco, frente a otro con la imagen de Santa Margarita que hoy están en la iglesia parroquial. A la derecha del presbiterio se abre una puerta que da acceso a la sacristía, que por el exterior se prolonga en la parte trasera con tejado a una sola vertiente.
La historia nos dice que, debido a sus riquezas y hermosura, Santa Inés fue pretendida por varios jóvenes de las principales familias romanas a los que rechazó y por ello fue denunciada como cristiana al gobernador. Este la envió a una casa de prostitución y finalmente la condenó a ser decapitada. El cuerpo de la santa fue sepultado a corta distancia de Roma, junto a la Vía Nomentana.

Video de Procesión de Santa Inés en Andilla.