Dentro del magnífico conjunto de reliquias que posee el Real Colegio del Corpus Christi de Valencia, que se abre para visita de los fieles todos los viernes del año, encontramos en su grada tercera una Custodia que contiene la reliquia de un ramal de la Corona de Jesucristo con cinco espinas y dos piedras del Santo Sepulcro. Era bien conocida la ferviente devoción del Patriarca por las reliquias de santos pues siempre llevaba algunas en una bolsa colgada del cuello con una cadena de plata dorada. Además , la solemnidad con que celebraba sus festividades y el respeto con que las exponía a la veneración de los fieles cada viernes del año, después del canto del Miserere, provocaron que reyes y nobles le hicieron donación de ellas.
Y, de entre todas, esta era la preferida del Patriarca Ribera porque había escrito en sus Constituciones que, “respecto a las reliquias que dexamos, ha de tener el primer lugar la de la Corona de Espinas de Jesucristo, hermoseada con su preciosísima sangre”. Siempre se refería a ella como “Sagrado Ramal” e igualmente le había sido donada por doña Margarita de Austria, que deseaba verla antes de morir en la Iglesia del Patriarca “por ser una de las más insignes de España”, según le escribió. Todas las reliquias del Colegio cumplen la condición impuesta por el Concilio de Trento, para evitar falsedades, de poderse acreditar su autenticidad.