El Niño Jesús Rey de los Frutos se hallaba en la iglesia conventual de los franciscanos descalzos de Nuestra Señora de Monte Sión de Torrent. Sin duda, su nombre deviene de la gran devoción que le profesaban los labradores de la zona.
El antiguo convento alcantarino de Monte Sión fue un convento franciscano sencillo donde destacaban sus cupulillas de barro vidriado en azul y una campanita en el interior de su pobre espadaña. Contaba con un calvario realizado en casalicios de pobre albañilería, derruido en 1936. El actual, inmensamente mayor que el primitivo convento, ha sido concebido para la formación religiosa y humanística de escolares. Sólo conserva del anterior la espadaña de la iglesia parroquial y el templo mismo. Su atrio es un ejemplar de escaso valor arquitectónico, templo de tres naves, levantada sobre arcos de medio punto y cuyos lunetos están decorados con pintura religiosa de estilo cercano al naif. En la destrucción del convento y de la iglesia en 1936, entre otras obras de arte, se perdieron pinturas de Ribalta, una copia del Pasmo de Sicilia de Rafael, así como también una escultura del Divino Nazareno, obra de Martínez Montañés. La actual se levantó después de la guerra y está construida con pobres materiales, careciendo de obras de relieve e importancia. Los diversos altares son de escaso valor arquitectónico. Las capillas de los mártires, en general, están situadas en la cripta, pero aquí se sitúa tras el Camarín de la Virgen. Once mártires amigonianos descansan aquí frente al retablo de ésta y una gran cruz, que ha sido realizada en mármol más oscuro, preside los nichos con su nombre y su palma martirial.
El antiguo convento alcantarino de Monte Sión fue un convento franciscano sencillo donde destacaban sus cupulillas de barro vidriado en azul y una campanita en el interior de su pobre espadaña. Contaba con un calvario realizado en casalicios de pobre albañilería, derruido en 1936. El actual, inmensamente mayor que el primitivo convento, ha sido concebido para la formación religiosa y humanística de escolares. Sólo conserva del anterior la espadaña de la iglesia parroquial y el templo mismo. Su atrio es un ejemplar de escaso valor arquitectónico, templo de tres naves, levantada sobre arcos de medio punto y cuyos lunetos están decorados con pintura religiosa de estilo cercano al naif. En la destrucción del convento y de la iglesia en 1936, entre otras obras de arte, se perdieron pinturas de Ribalta, una copia del Pasmo de Sicilia de Rafael, así como también una escultura del Divino Nazareno, obra de Martínez Montañés. La actual se levantó después de la guerra y está construida con pobres materiales, careciendo de obras de relieve e importancia. Los diversos altares son de escaso valor arquitectónico. Las capillas de los mártires, en general, están situadas en la cripta, pero aquí se sitúa tras el Camarín de la Virgen. Once mártires amigonianos descansan aquí frente al retablo de ésta y una gran cruz, que ha sido realizada en mármol más oscuro, preside los nichos con su nombre y su palma martirial.