La ermita de la Virgen del Socorro de Cálig está situada a un kilómetro de la población y se halla envuelta de un denso paraje arbolado. El primer documento escrito que hace referencia a la advocación mariana de la Virgen del Socorro y a la existencia de un lugar destinado a ella está fechado en el año 1582. De la que fue primera ermita se conserva una parte de su construcción en lo que hoy es el bar, pues el nuevo santuario se levantó en el último tercio del siglo XVIII. El edificio, de estilo neoclásico con hermosas pilastras rematadas por ornamentos decorativos, recoge en su interior frescos de una gran belleza colorística pintados por J. Oliet el 1826. En el recinto de la ermita se encuentra la hospedería y los pozos, aparte de otros servicios y zonas de recreo.
La leyenda relativa a esta advocación es muy curiosa: en una masía cercana, una noche de invierno un niño lloraba de hambre. Su pobre madre, desesperada porque nada tenía para darle de comer y no pudiendo soportar su llanto le gritó: ¡Así el diablo te lleve! De inmediato apareció el demonio dispuesto a cumplir su precipitado deseo y llevarse al niño pero la madre, arrepentida, pidió socorro a la Virgen quien se presentó blandiendo un garrote con el que amenazó al diablo hasta ahuyentarlo. Adjuntamos un bello retablo cerámico.
La leyenda relativa a esta advocación es muy curiosa: en una masía cercana, una noche de invierno un niño lloraba de hambre. Su pobre madre, desesperada porque nada tenía para darle de comer y no pudiendo soportar su llanto le gritó: ¡Así el diablo te lleve! De inmediato apareció el demonio dispuesto a cumplir su precipitado deseo y llevarse al niño pero la madre, arrepentida, pidió socorro a la Virgen quien se presentó blandiendo un garrote con el que amenazó al diablo hasta ahuyentarlo. Adjuntamos un bello retablo cerámico.
