La devoción centenaria de Beniarrés hacia la Virgen del Rosario, pues estaba fundada su Cofradía desde el año 1630 por los Dominicos, era muy fuerte y arraigada y su festividad se había convertido en grandiosa. Pero fue en el año 1748 como consecuencia de los terremotos que asolaron los pueblos de alrededor, cuando Fray Joseph Vilaplana pudo inculcar a todos los habitantes de este pueblo la devoción a la Virgen de la Cueva Santa nombrándola Patrona y Protectora del Lugar. Y es que Beniarrés había quedado intacto del fatal seísmo y el fraile había otorgado la responsabilidad de este hecho a la venerada imagen que trajo consigo desde tan lejos.