Las tallas de Alodía y Nunilón son veneradas en la
parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Benimaclet donde también se
guarda un relicario con dos pequeños fragmentos óseos de las santas traídos
desde el Monasterio de San Salvador de Leyre, en Navarra, donde permanecían
desde hacía once siglos junto a otras reliquias.
Alodía y Nunilón eran hijas de un acaudalado
musulmán casado con una cristiana. Al morir su padre siendo niñas, fueron
educadas por su madre en la fe cristiana, a pesar de que la ley mahometana se
lo prohibía expresamente. La madre también falleció poco después y las
huérfanas fueron acogidas por un tío suyo, mahometano, que intentó persuadirlas
infructuosamente para que abandonaran la fe cristiana. Finalmente, con el deseo
de hacerse con los cuantiosos bienes de las jóvenes delató a sus dos sobrinas
ante el juez quien, ante la imposibilidad de que abjurasen de su fe, mandó
degollarlas, arrojando luego sus cuerpos a un pozo. Veintinueve años después,
fueron sacadas del pozo con sus huesos incorruptos.