Ningún peligro asustaba más a las mujeres de antaño que el de un parto, ya que podían morir fácilmente tanto el neonato como la madre. En Onteniente, para evitar tal peligro, se pedía desde el S.XVI con un toque de campana especial que el vecindario rezase a la Virgen de Gracia y, a partir del S.XIX, a la Purísima Concepción. Por ello deducimos que aquella contó con el fervor popular con anterioridad a la actual patrona ya que tuvo una antigua imagen en la Iglesia de Santa María, edificio que ocupa el lugar donde, después de la conquista cristiana, se construyó un primer templo gótico probablemente sobre la antigua mezquita islámica.