El Convento de San Bernardino de Bocairent tuvo vida desde el año 1814 al 1835, año en que se produjo la exclaustración de los franciscanos del mismo y que produjo el abandono y deterioro del mismo. Más tarde, en 1848, una Real Orden del Ministerio de Hacienda entrega todas las propiedades del convento y las tierras que lo circundan a la Parroquia para que sitúe allí un cementerio. La construcción de este cementerio es de 1851 como indican los herrajes de la puerta principal. Para adaptar las dependencias conventuales a los nuevos usos del cementerio se derrumbo todo el edificio del convento, incluso la Iglesia, dejando tan solo la Capilla de la Tercera Orden Franciscana, que hoy conocemos, para utilizarla como capilla del nuevo cementerio. Esta capilla se terminó de construir en 1759, como muestra una inscripción en el tejado de la misma. Tiene una puerta de entrada desde dentro del mismo cementerio y otra desde el exterior, más pequeña; sobre esta segunda puerta, se sitúa una espadaña en lo alto. En cuanto al interior, consta de tres altares, los cuales hoy en día albergan imágenes diferentes a las que había en su origen puesto que anteriormente estaban dedicadas a San Bernardino en el altar central y a San Antonio de Padua y San Inocencio en los laterales. En cambio, en la actualidad, encontramos en el altar principal un Cristo Crucificado y un altar en un lateral dedicado a la Virgen.
San Bernardino de Siena fue un presbítero de la Orden de los Hermanos Menores que fue evangelizando por pueblos y ciudades a las gentes de Italia.
San Bernardino de Siena fue un presbítero de la Orden de los Hermanos Menores que fue evangelizando por pueblos y ciudades a las gentes de Italia.