Nos dice el amigo José Bautista Bergés que, poco después de la segregación de Sant Joan de Moró de Vilafamés, se inició la construcción de la Ermita de Sant Vicent Ferrer, situada a los pies del Tossal del Mollet y próxima a la Font de Ros, en un paraje de gran belleza natural donde se localiza también la Ermita de Sant Miquel de Vilafamés. La Ermita de Sant Vicent es, por tanto, un edificio moderno y de líneas funcionales con aspecto de chalet o refugio de montaña, con parte de sus paramentos blanqueados y parte dejando a la vista mampostería de buena piedra. Una pilastra adosada se alza desde el suelo como una especie de torre-campanario, con campana y cruz, que sobresale sobre la cubierta a una sola vertiente con pendiente hacia un pequeño porche o atrio lateral soportado por pilares.