La ermita de San Isidro y San Pedro, según su antigua titularidad, toma el sobrenombre de la partida huertana donde se encuentra construida. Y es que en el año 1628, Antonio Castell regaló unos terrenos a la Cofradía de labradores para que construyeran una ermita dedicada a estos dos santos. En el año 1652 el escultor de Valencia Antonio López realizó un retablo de madera para el altar mayor que aún se conserva en su lugar original. Este retablo disponía de un vano central donde se instaló una pintura con las imágenes de los santos titulares. El lienzo fue retirado de la ermita en el año 1936 para evitar su destrucción, custodiándose actualmente en el Museo de la Catedral de Santa María. En la epidemia de cólera de 1885, el ermitorio fue habilitado como hospital y, entre 1892 y 1894, el Ayuntamiento realiza obras de reforma y reconstrucción. La ermita fue cedida en 1972 a las entidades agrarias de Castellón que de nuevo la restauraron.