Para sufragar los gastos y el mantenimiento del
Colegio Seminario “Corpus Christi”, el arzobispo San Juan de Ribera tuvo que adquirir unas propiedades que le dieran
rentas. Junto a las tierras de la hoy Alfara del Patriarca, el castillo de
Burjassot por él adquirido fue base de renta para la subvención del colegio
seminario. Allí se retiraba con frecuencia con la compañía de algún santo amigo
como San Luís Bertrán. El castillo es hoy colegio mayor bajo el título y
protección del santo patriarca, cuya efigie le recuerda en la plaza de su
entrada. Las Constituciones y su espíritu sirvieron de base, siglos más tarde,
para la fundación del Colegio Mayor de Burjassot. Este conservó un número
reducido de colegiales becarios y la dirección sería llevada por tres
sacerdotes llamados “colegiales mayores” que eran provenientes del Colegio Seminario
“Corpus Christi”. El reglamento del Colegio Mayor se inspira en las
Constituciones redactadas por el arzobispo Ribera para su seminario y la
influencia de San Juan de Ribera en él es de tales proporciones
que se ha hecho intemporal ya que fue una de las etapas más decisivas de su
vida. Su influjo alcanza además a la parroquia que San Juan de Ribera tiene
dedicada en la población y cuya imagen preside su altar.