Nos cuenta una leyenda local de Tibi que Santa María
Magdalena emergió de entre las ramas de un centenario olivo que en el siglo XV
fue testigo de la aparición a la niña Juana Amat, la cual era ciega de
nacimiento. Cuenta la leyenda que, al llegar a la altura del olivo, la niña oyó
una voz que le decía.”Juana, ¿me ves?, a lo que ella respondió: ”Señora, soy
ciega” y, cuando la santa reclamó su mirada, sus ojos milagrosamente volvieron
a ver y le pidió que en ese lugar se edificara una ermita. Construida en el año
1445 según reza una placa situada en la fachada, se encuentra situada sobre una
pequeña colina al final de una alameda. Santa María Magdalena, es desde el S.XV
la patrona de la ciudad de Tibi, se le dedica asimismo la iglesia parroquial,
edificio de mediados del S.XIX, y su imagen se venera en la ermita de su nombre. La
imagen fue tallada en madera en tamaño real a principios del S.XX y se destruyó
durante la Guerra Civil. Entonces, los vecinos encargaron al taller de José
María Ponsoda que creara otra imagen. La imagen de la titular está representada en
estado “glorioso” al hallarse sentada sobre un lecho de nubes y
rodeada de querubines.