Son bien conocidos los frecuentes viajes
evangelizadores que hizo el Patriarca San Juan de Ribera en una época en la que
convertir a la población árabe de las tierras valencianas era una de sus obsesiones. Para ello
ordenó la ampliación o edificación de nuevas iglesias y dotó de ornamentos
sagrados a muchas de ellas. Entre estos elementos destacaron las esculturas de
cristos crucificados que solían tomar la advocación de la Fe o de la Salud y
que se tallaron a finales del S.XVI y principios del S.XVII. Este Cristo de la
Salud de Alcalalí fue uno de ellos. En cambio, otros piensan que la imagen del
Santísimo Cristo de la Salud se venera en Alcalalí desde el año 1791 siendo su antecedente la anterior del
patriarca. En dos ocasiones se pidió protección especialmente y estas fueron en
la terrible sequía del año 1870 y en la epidemia de gripe de 1918.