Los carmelitas descalzos estaban en Valencia desde el año 1589 y fueron apoyados por el arzobispo Juan de Ribera que, a pesar de la oposición de los jurados de la ciudad, hizo que se establecieran originariamente en la céntrica calle de San Vicente. En el año 1615 la comunidad se trasladó a un nuevo emplazamiento, el Convento de San Felipe Apóstol, en las afueras de la ciudad justo enfrente de las Torres de Quart, donde no fueron inicialmente bien recibidos al existir demasiada proximidad con otros conventos de mínimos y agustinos. Pero su fama en la asistencia a moribundos llevó a las autoridades municipales a solicitar del rey la apertura del portal de Cuart, que permitía el paso a la ciudad a los religiosos hasta medianoche. El convento y la iglesia de San Felipe fueron saqueados durante la guerra de la Independencia contra los franceses, perdiéndose la mayor parte de sus ornamentos, imágenes y demás objetos de valor. Es posible que esta imagen del Buen Consuelo estuviera entre ellas.