En
la ermita o gruta de Santa Eufrosina del Desert de Les Palmes cercano a Benicassim se representa a
una mujer vestida con el hábito de la orden del Carmelo, recién
muerta, y a sus pies se encuentra su padre. Cuenta la leyenda que
Eufrosina era una mujer que quería ser monja, pero en aquella época
no le dejaban y decidió vestirse de hombre. Pudo vivir hasta su
muerte en la ermita de un monasterio carmelita de Egipto.