La iglesia parroquial de la Asunción de Andilla es la
joya arquitectónica del lugar donde se aloja la imagen del patrón de la
localidad, San Bartolomé. Aunque la iglesia actual no parece que sea la
primitiva, aquella debió ser tan amplia como esta y con todas las características
de las iglesias de los siglos XIII y XIV. La iglesia actual parece tener
su origen en la generosidad de don Rodrigo Rebolledo, que ejerció el patronato
de Andilla a mediados del siglo XV. Este hombre prestigioso, que
permaneció junto al rey Alfonso V hasta su muerte en Nápoles, fue quien,
influido por el ambiente artístico que reinaba en la corte del rey Magnánimo, a
su vuelta con artistas elegidos procedería a la construcción de esta iglesia
influenciada por el arte italiano. Se trata de un edificio religioso de origen gótico,
pero se benefició de sucesivas mejoras desde finales del siglo XV hasta el siglo
XVIII. De estas últimas destacan la original portada principal, una de las
primeras manifestaciones en tierras valencianas del más puro renacimiento
italiano de mediados del siglo XV, el magnífico altar mayor de fines del siglo
XVI, del que hoy solo quedan las pinturas de las puertas que lo protegían,
pintadas por Ribalta a principios del XVII y la decoración del siglo XVII
típica del barroco valenciano de este momento.
La mayor fiesta en importancia es la dedicada a San Bartolomé que, aparte de revestir mayor solemnidad religiosa, es festividad en
que, por iniciativa de un ilustre hijo de Andilla, se rinde homenaje a la
ancianidad. El segundo día de fiestas dedicado al patrón, la juventud honra y
obsequia a estos ancianos que ocupan la presidencia en la solemnidad religiosa
del día, en unión de los padrinos, damas de honor y jóvenes ataviadas con el
traje regional, para ser más tarde obsequiados con una merienda que les sirven
las camareras.