Las primeras noticias sobre la existencia de la ermita de San José de la Salzadella son del S.XIV y, según parece, estuvo dedicada a San Cristóbal hasta el año 1670 aproximadamente. El cambio de advocación, en el S.XVI, estuvo motivado por el ánimo de los franciscanos de promocionar y difundir la devoción a San José. En el año 1938 se iniciaron los trabajos de restauración de la ermita, maltrecha por los ataques de 1936. Y es que sólo quedaba en ella las paredes y el tejado, se habían perdido los altares, los retablos, las imágenes y los ornamentos pero se salvó la imagen del santo por la intervención de un vecino que la escondió en una cueva. Esta es una ermita de pequeño tamaño en lo alto de una colina que recibe una devota romería cada lunes de Pascua.