En la colina del Mont Sant de Llutxent se encuentra
una preciosa ermita dedicada a Nostra Senyora de la Consolaciò y que fue
mandada construir en 1772 por el comerciante catalán residente en Valencia
Gabriel Serra y su esposa Paula Rius. El interior de la ermita está
revestido por unas cerámicas de Manises en las que se describe la batalla de
Xio que propició el conocido como Milagro de los Corporales. Esa historia ocurrió en el año 1239
según describen las cerámicas. En una de sus expediciones de conquista, las
tropas de Jaime I sitiaron el castillo árabe de Xio y, antes de emprender la
batalla, celebraron una misa para pedir ayuda divina. Mosén Mateo ante la tensión
del momento sólo consagró seis formas, una para él y cinco para otros tantos
caballeros. Pero la contienda comenzó antes de lo previsto y debió ocultar en
el monte las sagradas formas. La presión del enemigo se hizo irresistible y el
oficiante las recogió de nuevo para tragárselas y disponerse a morir. Pero
descubrió sorprendido que los corporales, que son el paño que se extiende en el
altar donde se coloca el pan y el vino durante la celebración de la misa,
rezumaban gotas de sangre procedente de las formas. El milagro corrió de boca
en boca y el hecho prodigioso devolvió la fuerza al ejército del monarca que
consiguió reducir a sus enemigos. Cada uno de los cinco caballeros reclamó su
milagrosa forma pero, para no romperlas, Mosén Mateo decidió echarlas a suertes
y entregarlas juntas a uno de los cinco. El azar eligió al caballero de Daroca
mientras los de Tortosa, Vinaròs, Alcoi y Valencia discrepaban del resultado.
Ante la falta de acuerdo, el mosén decidió cargarlas en una arqueta sobre una mula
ciega y que ella eligiera el destino de las milagrosas formas. Y después de
andar días y semanas, la mula exhausta dio su último respiro ante la iglesia de
San Marcos de Daroca donde, desde entonces, están expuestas en un hermoso
relicario. Para señalar el lugar donde ocurrió este hecho se colocó una cruz en la entrada del Monasterio de Corpus Christi.