martes, 29 de noviembre de 2011

GOZOS A NUESTRA SEÑORA MADRE DE DIOS DE LA CERCA, venerada en San Vicente Mártir de la Roqueta.



El amigo Francisco Soriano nos dice que este era un cuadro actualmente conservado en el Convento de MM Agustinas ermitañas de San José y Santa Tecla (Torrente) y consiste en una pintura sobre lienzo clavada en soporte de madera. Nos muestra a la Virgen sentada en un trono con Jesús Niño en su regazo y al que ofrece una pera. En pie, y a ambos lados del trono, se sitúan dos ángeles orantes. Sendas coronas de plata y otras joyas se superponen al lienzo.  Es muy probable que sea copia de una tabla del S.XV. Su capilla estaba situada en el lado de la epístola del templo y era la primera capilla de la nave desde el crucero. La Virgen estaba en su hornacina protegida por una cristalera y las paredes de la capilla se recubrían de exvotos. El 12 de enero de 1760 se fundó la Cofradía de Nuestra Señora de la Cerca. Consecuencia de la invasión napoleónica fue la ocupación del convento y el expolio de todas sus obras de arte y objetos de valor. El librero José Gil, secretario de la Cofradía, consiguió salvar el cuadro trasladándolo a la iglesia parroquial de Ruzafa. En 1815 volvió a su lugar de procedencia donde permaneció hasta 1835. Suprimido el monasterio, el cuadro fue retirado antes de la llegada de los funcionarios de la Junta de Enajenación. Los cofrades y sus familias debieron custodiar la imagen durante el tiempo que la iglesia permaneció sin culto hasta que las monjas de San José y Santa Tecla se instalaron en el convento.
El antiguo Monasterio de San Vicente de la Roqueta es, junto con la Catedral, el edificio con más trascendencia histórica de Valencia y data del siglo IV cuando se levantó un “martiryum” sobre la tumba de San Vicente Mártir. Hubo también en este lugar una necrópolis hasta el siglo VII. Desde 1231, Jaime I quiso restaurar el templo con una comunidad monástica y configurar un conjunto del que se conservan dos portadas, una de ellas con capiteles historiados, compuesto de iglesia, monasterio y hospital. Así, en el conjunto estuvieron, los Benedictinos de San Victorian de Asán (1238-1255), Frailes Mercedarios (1255-1259) y de nuevo los monjes de Asán (1259-1287/89) hasta que los cistercienses quedaron en posesión del conjunto como priorato dependiente de Poblet. Durante el siglo XIV y XV se levantaron varias capillas alrededor de la iglesia mayor. A mediados del siglo XV el monasterio contaba con once monjes y contaba con las siguientes dependencias: cocina, dormitorio, sala capitular, sacristía, y otras dependencias menores aparte de la iglesia. En el siglo XVII la iglesia fue renovada utilizándose sillares de la antigua fábrica. Se trata de un templo de una sola nave dividida en cuatro tramos con capillas entre contrafuertes. A mediados del siglo XVII se renovaron parte de las dependencias monásticas situadas en torno al claustro. Durante la guerra de Independencia, las tropas francesas lo utilizaron como cuartel. Tras la desamortización y la exclaustración de los monjes en 1837, el Ayuntamiento ordenó el derribo de parte del monasterio. Así desaparecieron la cabecera del templo y su torre con fines urbanísticos. En 1838, la iglesia, el monasterio y los huertos fueron adquiridos por un particular para ser dividido en viviendas. En 1879 las monjas agustinas, procedentes del derribado Convento de San José y Santa Tecla, compraron este monasterio e hicieron obras que le confirieron su aspecto actual. La fachada actual recayente a la Calle San Vicente fue realizada en el siglo XIX con un revestimiento neogótico.
Aún hoy y, tras décadas de lucha, el pueblo valenciano sigue esperando un destino digno para todo este conjunto histórico que no sea condenarla a ser sede de instituciones folclóricas ni entidades ajenas al respeto de la memoria del santo patrón de la ciudad.