Se cuenta que en el año 1898 unos soldados españoles, vecinos de Rafelguaraf y combatientes en la Guerra de Cuba, prometieron que, si regresaban con vida de aquella guerra, le harían una fiesta al Cristo del Consuelo. Todos los soldados regresaron con vida y, desde entonces, cada 6 de Agosto los vecinos sacan a hombros en procesión al Cristo del Consuelo, que se venera en la iglesia parroquial, por las calles de la población.