La iglesia parroquial de Siete Aguas está dedicada a de San Juan Bautista. En su interior destacan las imágenes de gran veneración popular del Santísimo Cristo de los Afligidos y de San Juan Bautista. La imagen fue realizada por Vicente Rodilla tras la destrucción de la anterior en la Guerra Civil, Ya en 1852 se refiere que aparecía ante la veneración de los fieles la restaurada imagen y la propuesta de que los cabezas de familia pensasen en un título bajo el cual invocar en lo sucesivo a su Cristo. Recogidas las papeletas con las presuntas advocaciones e introducidas en una bolsa, de todas ellas resultó aceptada por unanimidad la que presentaba el título de Cristo de los Afligidos, propuesto por la vecina María Sánchez de Pedro, que habitaba en la antigua calle del Candilejo, hoy de la Iglesia. Esta era de un mérito artístico extraordinario, de tamaño natural, y tallada en maciza madera, datando de principios del siglo XV.
La primera vez que se le cita es en el inventario realizado con motivo de la visita pastoral efectuada en 1526, en tiempos del cardenal de la Marca. Se venera en la capilla del Sagrario, mientras que la original, tuvo su retablo y altar en una de las capillas laterales de la nave central y fue construida para albergar la sagrada imagen en el año 1824, a expensas y por encargo de los vecinos Juan Crespo e Isidoro García. El Cristo de los Afligidos recorrió procesionalmente las principales calles de la población a la terminación de la epidemia de cólera en 1885, así también como por la guerra de Cuba, en 1897, y con motivo de la terrible gripe de 1917, de la que Siete Aguas quedó inmune no falleciendo ni un solo vecino.